¿Qué sucede cuando, al cruzar una frontera física, también se cruza una frontera interior?
¿Qué se pierde cuando uno se adapta tanto… que se desarraiga?
El africano que se olvidó de serlo es un viaje íntimo, político y espiritual al corazón de la identidad africana en la diáspora. Escrito desde el dolor del desarraigo y la esperanza de la reconciliación, este libro desmonta el síndrome de la “superioridad imaginada” que afecta a algunos migrantes africanos tras instalarse en Occidente.
A través de ensayos poéticos, reflexiones filosóficas, proverbios africanos y diálogos interiores, la obra denuncia una forma silenciosa de autoexilio: aquella que no se mide en kilómetros recorridos, sino en renuncias culturales, vergüenzas heredadas y memorias amputadas.
Pero este libro no es un juicio. Es una invitación. Una invitación a recordar sin nostalgia.
A criticar sin destruir. A volver —aunque sea simbólicamente— con dignidad, con conciencia, con humildad. Es también un llamado a respetar lo propio. A no usar las plataformas digitales para denigrar nuestra cultura, nuestras instituciones, nuestros líderes ni nuestras complejidades sociales. Es una propuesta para habitar la identidad africana con responsabilidad: sin fanatismo, pero también sin desprecio.
Dirigido especialmente a la diáspora africana —y de forma particular a la de Guinea Ecuatorial—, este libro propone una nueva manera de ser africano lejos de casa:
no como carga, ni como disfraz, sino como raíz viva. Una raíz que no necesita gritar para sostenerse, ni renunciar para avanzar.